Fe y Espiritualidad
Estamos llamados por Dios a esta obra y es por la gracia de Dios que es posible. Usamos la oración y el discernimiento para cimentar y guiar nuestra toma de decisiones. Arraigados en nuestra fe, acogemos e incluimos a personas de cualquier credo.
Acompañamiento Holístico
Respetamos la dignidad, la voluntad y las capacidades de los migrantes; y caminar con ellos reconociendo las dimensiones físicas, psicológicas, intelectuales y espirituales de sus realidades. Valoramos cómo los migrantes se acompañan unos a otros y a nosotros. Vemos a los hombres, mujeres y niños migrantes como personas íntegras e hijos de Dios que son más que su experiencia de migración.
Esperanza y Alegria
En medio del desafío y la desesperación, celebramos las pequeñas victorias y las alegrías sencillas. Tenemos fe en que si somos fieles a nuestros valores, nuestra misión y visión se pueden lograr y se lograrán. Tenemos fe en que en nuestro trabajo colaboramos con Dios en la realización del Reino de Dios. Esa fe nos da esperanza.
Dignidad humana
Todos somos hijos de Dios y por eso cada uno de nosotros tiene una dignidad inherente. Nos cuidamos entre todos porque respetamos la dignidad de los migrantes y de nuestro personal, voluntarios y colaboradores.
Justicia y Equidad
Trabajamos en solidaridad con los migrantes para promover sus derechos humanos y jurídicos. Valoramos nuestra binacionalidad y multiculturalidad y nos comprometemos a vivirlas con justicia y equidad. Hablamos contra la injusticia. Consideramos las desigualdades creadas por la dinámica de poder y el privilegio en las decisiones que tomamos, y somos conscientes del impacto en los más marginados y en riesgo.
Hospitalidad Radical
Nos esforzamos por crear un entorno en el que todos se sientan vistos, bienvenidos, valorados y como en casa. Compartimos nuestra mesa con todos, independientemente de su raza, credo o religión. De esa manera representamos la Eucaristía en nuestro trabajo diario.